ÉL ES TU ROMPE-CADENAS
¿No debería esta mujer, una hija de Abraham, a quien Satanás ha mantenido atada durante dieciocho largos años, ser liberada en el día de reposo de lo que la ataba?… Lucas 13:16
Jesús vio en la sinagoga a una dama que había estado lisiada durante dieciocho años. Estaba inclinada y no podía ponerse de pie. Es interesante que él describiera la enfermedad como una cadena, que ella estaba atada por ella. La tocó y al instante se curó.
Todos tenemos fuerzas que intentan detenernos, cadenas que nos restringen. Cadenas de culpa: castigarse a sí mismo por errores pasados. Cadenas de depresión: una nube oscura te sigue. Cadenas de baja autoestima: nunca te sientes bien contigo mismo. Pero no fuiste creado para estar atado, ya sea por la soledad, la vergüenza o por las palabras negativas que se pronuncian sobre ti. La buena noticia es que nuestro Dios rompe las cadenas y está diciendo: “Este es tu momento de ser libre. No es tu destino pasar por la vida con algo que te limita”. Si dejas que esto eche raíces, se romperán todas las cadenas que te retienen.
Una oración para hoy
Padre, gracias porque puedo conocerte como mi salvador, mi proveedor, mi sanador y mi rompe-cadenas. Gracias porque mis cadenas han sido rotas y he sido liberado. Creo que toda fuerza que me ha estado reteniendo se ha roto. En el nombre de Jesús, amén.
Guillermo Pacheco