De una misma boca vienen bendición y maldición. Mis hermanos y hermanas, esto no debería ser… Santiago 3:10
La Escritura nos anima a usar nuestras palabras para bendecir a las personas. «Bendecir» significa hablar bien, pronunciar favores y declarar cosas buenas. Las personas en tu vida necesitan recibir su bendición, especialmente tu cónyuge e hijos. ¿Les estás dando a tus hijos las bendiciones de amor, afecto y aliento? ¿Estás hablando palabras que los fortalecen y bendicen su futuro?
Es posible que no hayas recibido esta aprobación de tus propios padres. Quizás no había mucho amor en tu hogar. Quizás tu mamá o tu papá siempre te hablaron mal. Permíteme desafiarte a ser el/la que rompa la fortaleza sobre tu familia. Decide hoy que vas a dejar de hablarle mal a los demás. Elige en cambio para alentar a los demás. Deja de concentrarte en lo que otros están haciendo mal y comienza a agradecerles por lo que están haciendo bien. Comienza ahora mismo a bendecir el futuro de los demás. Tu decisión de ser una influencia positiva tendrá un mayor impacto en tu familia de lo que podrías imaginar. Afectará a las generaciones venideras. Di estas bendiciones sobre tu familia, tus hijos y aquellos a quienes amas y cuidas. Si vas a bendecir a otros, Dios ciertamente bendecirá tu propia vida más allá de lo que alguna vez esperaste o soñaste.
Una oración para hoy
Dios, quiero usar mis palabras para bendecir, alentar y animar a otros. Ayúdame a comenzar hoy, en mi propia casa, a usar lo que digo para bendecir a mis amigos y familiares. Dame palabras alentadoras para decir y la disciplina para mantenerme críticas negativas. En el nombre de Jesús, Amén.
Guillermo Pacheco